Boyacá no le juega a la pólvora
Las secretarías de Salud, Gobierno y Acción Comunal y la Unidad de Gestión del Riesgo del Departamento, trabajarán durante la temporada en esta campaña.
Tunja, 6 de diciembre de 2023. (UACP). En Boyacá la iniciativa para reducir las afectaciones en personas y animales debido a la pólvora
ha sido denominada ‘No le juego a la pólvora’.
Al respecto, Nancy Judith Munévar Sepúlveda, directora de Promoción y Prevención en la Secretaría de Salud del Departamento, afirma: en el período comprendido entre diciembre de 2022 y enero de 2023, se registró un total de 24 lesionados por pólvora en el territorio, de los cuales ocho fueron menores de edad. Además, otras personas que asistieron a eventos asociados al uso de la pólvora, resultaron lesionadas”.
Munévar hace un llamado urgente a las entidades municipales para que refuercen restricciones y sean más exigentes en el cumplimiento de todas las medidas de seguridad que preserven la integridad y la vida de personas y animales.
Adicionalmente, la funcionaria dijo que en Chiscas ya se reportaron los tres primeros casos de lesionados por pólvora del año, en un incidente en una fábrica donde los heridos fueron un menor de 16 años y dos adultos de 57 y 51 años de edad.
Según la Funcionaria, las autoridades municipales deben ejercer un control más riguroso sobre el uso de la pirotecnia, garantizando el cumplimiento de los protocolos de gestión del riesgo y la supervisión constante.
Sin embargo, en su conjunto el equipo de gobierno de Ramiro Barragán, coincide en que la mejor forma de evitar situaciones peligrosas como las que ocasiona la pólvora, es no usarla en las celebraciones, teniendo en cuenta que año tras año persisten los reportes de personas quemadas y de animales horrorizados, extraviados e infartados por tales estallidos.
Fundamental recordar que la pólvora, lejos de ser inofensiva, estresa a la fauna porque el ruido producido es superior al que su audición puede soportar. Para la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals, a partir de los 65 decibeles inician efectos nocivos y el temor en todos los animales, mientras que la exposición repetida a sonidos intensos incrementa la reacción de pánico. En perros, la tolerancia es de 60 decibeles, en gatos de 55 y en aves de 50, por ejemplo.
La pólvora alcanza un volumen de hasta 190 decibeles, mucho más alto de lo que se considera un nivel de escucha seguro para las personas (75–80 decibeles). A corta distancia, incluso un estallido fuerte es suficiente para causar un daño auditivo permanente, según la American Academy of Pediatrics. Los estruendos resultan insoportables así mismo, para la población adulta mayor y aquella que padece autismo, sin importar la edad.
Algunas de las recomendaciones:
Cuidar a niñas y niños de manera integral y velar porque sus prendas de vestir no se enciendan con el fuego de las velas, las cuales se deben utilizar bajo supervisión, nunca cerca a ventanas con cortinas y siempre en espacios abiertos.
Alejar a niñas y niños de cocinas y fogones comunales y de los sitios donde se preparan buñuelos, natillas, chocolates u otros alimentos calientes; también se debe evitar la preparación comunal de alimentos, pues líquidos, ollas calientes y asados son otro factor de riesgo importante de quemaduras.
En caso de presentarse una emergencia, lavar el sitio de la lesión con abundante agua fría, secarla con una gasa o una toalla, sin rozar la superficie afectada y haciendo un movimiento de cobertura sin frotar; taparla y acudir lo antes posible a un centro de salud.
Es importante no consumir alcohol mientras en presencia de menores, no usar pólvora ni permitir que terceros lo hagan cerca a niñas, niños o animales.
Garantizar la seguridad de los animales de compañía, dentro de la vivienda, cerrando ventanas y puertas, y reducir la percepción del ruido con ayuda de textiles en ventanas y bajo las puertas. Un poco de música tranquila ayuda a minimizar los estruendos.
Colocarle a perros y gatos su collar con placa que contenga nombre y número de contacto (como prevencion en caso de huida).
Permanecer al lado de los animales, segundo a segundo, durante el evento pirotécnico, y mimarles y distraerles con de alimentos y juegos que disfruten mucho.
“Asegurar el bienestar colectivo en Boyacá, es una responsabilidad compartida entre autoridades, entidades municipales y comunidad en general”, concluyó la Directora. (Fin / Margee Ramos Camargo, Alejandra Ramírez y Deisy Rodríguez – UACP).