Llegar rápidamente a tu destino, caminando o en bicicleta, no es una utopía. Pero sería necesario distribuir los servicios de forma más equitativa.
Tener todo lo que necesitas a poca distancia a pie o en bicicleta es el sueño de todos, o por lo menos, de muchos. Hay quien ha dado forma a la idea, como el investigador urbanista franco-colombiano Carlos Moreno, que hace unos años presentó el concepto de “ciudad de 15 minutos”, es decir, un centro donde los bienes y servicios fueran fácilmente accesibles, en beneficio del medio ambiente pero también de la calidad de vida de quienes lo habitan. Pero, ¿son realmente factibles las ciudades de 15 minutos? ¿Existen ejemplos? ¿Qué haría falta para transformar las actuales según la idea de Moreno?
Un grupo de investigadores del Laboratorio Sony de Informática del Centro de Investigación Enrico Fermi (CREF) de Roma, se planteó esta última pregunta. En las páginas del diario Nature Cities el equipo formado por Matteo Bruno, Hygor Piaget Monteiro Melo, Bruno Campanelli y Vittorio Loreto intenta ofrecer algunas respuestas y elementos de reflexión.
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¿Qué tan “transitable” es tu ciudad?
Ante todo, ¿qué significa accesibilidad? “Es un concepto que se refiere a la proximidad de los servicios esenciales, entendida precisamente como la posibilidad de llegar a ellos a pie, una idea que existe desde los años 60, con los debates sobre la calidad de vida y la presencia de servicios en los espacios públicos”, explica Matteo Bruno. El resumen de su trabajo es un mapa fácilmente navegable desde el portal 15min-City, que muestra un vistazo de lo accesibles que son varias ciudades del mundo; de las cuales calcularon más de diez mil.
El equipo dividió los centros en varias zonas más pequeñas y cartografiando la presencia y distancia de los servicios de cada perímetro. “Los geolocalizamos utilizando Open Street Map. Para ello, tuvimos en cuenta supermercados, escuelas, bancos, hospitales, farmacias, oficinas de correos y municipales, pero también lugares donde era posible hacer ejercicio y participar en actividades culturales. Cuando pasamos a analizar los datos, observamos que hay varias ciudades de las que se puede decir que están a 15 minutos, incluso muy grandes”, detalla Bruno.
Centros, suburbios y ciudades “policéntricas”
Como explica Bruno, hay al menos dos formas de medir cuando una ciudad responde al concepto: se puede expresar el tiempo medio de accesibilidad de las zonas cartografiadas, o se puede utilizar el porcentaje de población que tiene acceso a los servicios en menos de 15 minutos. Si se opta por el tiempo, y si se asigna una leyenda de color a los distintos tiempos, el resultado son mapas que muestran un hecho nada sorprendente: en el centro la accesibilidad es generalmente mayor y los tiempos más cortos; y a medida que se avanza hacia la periferia los tiempos se alargan. Navegando de una ciudad a otra en la web de 15min-City, el dato es sencillo: cuando uno se desplaza por las distintas zonas urbanas, los tiempos de acceso en bicicleta o a pie a las distintas categorías de servicios cambian. Los autores indican que, pocas son las ciudades en las que la distribución es más homogénea geográficamente o de las que puede decirse que son policéntricas con respecto a los servicios. Pero sí las hay, tal es el caso de París o de Barcelona.
Sin embargo, si se opta por recontar los resultados utilizando el otro método, resulta que las grandes ciudades también son policéntricas. Algunos ejemplos son Milán, París, Berlín, Dublín y Munich, que suman más del 90% de la población con servicios accesibles, por su parte, Roma junta el 70%. “Las ciudades de 15 minutos son una realidad, no una utopía. No obstante, si miramos al mundo en su conjunto, son pocas: en algunos casos son los servicios los que faltan, como puede ser el caso de varias zonas de los países más pobres, en otros, el desarrollo urbano ha sido producto de factores alternos. Basta pensar en algunas pequeñas ciudades americanas”, defiende Bruno. Esta es también una de las variables que pueden explicar que las asociaciones centro/zonas más ricas y suburbios/zonas más pobres no siempre se mantengan. Por elección, algunas zonas residenciales más ricas tienen una baja densidad de servicios.
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Transformar las ciudades
Los investigadores señalan que una ciudad podría convertirse en accesible simplemente desplazando los servicios de forma equilibrada por unidad de población. En algunos casos habría que esforzarse más que en otros; ponen de ejemplo muchas ciudades estadounidenses, diseñadas para ser recorridas en auto y no por peatones. También existen barreras a la homogeneidad de los servicios, que dependen de la conformación geográfica o de la riqueza arqueológica del territorio, baste pensar en Roma o Atenas.
Del mismo modo, los científicos observaron qué factores pueden favorecer o dificultar el desarrollo de una ciudad de 15 minutos: uno de ellos es la densidad. Si existe una densidad de población suficiente la distribución de los distintos puntos de interés será económicamente viable y por ende, el modelo de ciudad de 15 minutos será aplicable. “Evidentemente, si se aumenta desproporcionadamente la densidad de población, surgen otros problemas, pero hay modelos virtuosos en los que se puede lograr un buen equilibrio entre accesibilidad y densidad, como en París, Barcelona, Turín, Madrid, Milán y Berlín”, concluye Bruno.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
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